JUANA APARICIO
Tengo la sensación de estar bajo una tormenta. Me arropo hasta la cabeza y dejo que todo caiga. Busco refugio en mi propio calor; mientras, los puñales se despuntan sobre el leve tejido de las sábanas que me envuelven, sobre mi piel, que conozco suave y descubro fuerte.
Caen cuchillos de hielo; se derriten sobre mí, pues en mi corazón hay brasas, chimenea de invierno. El agua me cubre, se entibia con el eco de vida que surge de esa hoguera que
dormita. Mis tibias lágrimas se deslizan sin forma para mezclarse con esta ciega humedad.
Me acaricia, ese agua…Y yo me dejo mimar por su tacto tranquilo, esperando que se
levante la ola.