MANGER
Mi amor, no sufras…
Mi amor, sonríe, no aquietes esos labios…
Mi amor, no duermas…
Mi amor, despierta, olvida el sufrimiento…
Mi amor, no expires…
Déjame besarte…
Déjame mirarte…No cierres esos párpados…
Déjame sorber todas tus lágrimas…
Mi amor… ¡espera, no huyas de mi lado!
Déjame seguirte… Si mueres y me… dejas…
Mi amor… Déjame…
… Déjame sentirme el dulce adagio
entre estas brumas de inconsciencia,
recorrer en lento tempo la inscrita partitura de la vida,
leerte entre los labios los mil suspiros de mis versos,
seguir soñando que soy el mismo rey entre los muertos.
Déjame sentirme desgarrado por tu ausencia
y así sufrir sin reticencias, romper por siempre las cadenas
que niegan libertad e infinitud,
y venceremos ambos a la muerte
transformando en mariposas las ánimas que dejan nuestros cuerpos.
Déjame sentirme que nazco y muero para ti,
un loco sin remedio que suplica, llora y repudia este abandono
porque ansía mezclarnos y navegar en ese mar de mil constelaciones
creadas para nos, almas fundidas, sustancia inmaterial,
viajantes condenados del espacio sideral.
Déjame sentir que somos dos amantes terrenales
que hicieron de su amor celo y deseo, sentirnos el beso de los besos
que piden nuestros labios sorbiendo nuestros cuerpos de animales,
y ofréceme tu mano en este andén de los ya viejos
sintiéndonos tan guapos como ayer.
Déjame sentirme junto a ti el allegro de esta loca sinfonía…
Déjame tomar contigo el tren de ida hacia Infinito…
Mi amor… No sufras…
Mi Amor…