ANA LESMAN
Recuerdo tus manos en mi cintura, y no, no es una canción.
Tampoco un sueño. Fue real. Han pasado los años pero aún puedo percibir tus brazos ceñidos a mi Alma.
Realidad de tiempo que siempre es más tarde de lo que pensamos. Hoy el “tiempo” de los días lo mido en eternidades. Porque ahora “mi tiempo es un camino desandado”.
¡Vagar hacia lo eterno está tan alejado! Que no concibo cómo transitar sin oírte cercano, cogido a mi talle con luz de melancolía.
Y en este tramo, de “mi tiempo”, la pregunta retumba en los tímpanos. Sé que jamás tendrá respuesta. Supongo que la inventaré allá cuando me encuentre en los cercanos confines de la estación final.
En ese instante acudirán a mis ojos tus manos rodeando mi cintura. Y mis manos con las tuyas se detendrán en un trazo del espacio eternamente distanciado.
https://pergaminosdealma.wordpress.com/
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